«…muchos directivos están demasiado centrados en satisfacer las exigencias de su ego y creen que el liderazgo trata exclusivamente de ellos, de su yo. Este egocentrismo les hace dirigir las empresas desde su percepción egoísta y subjetiva, la cual siempre comporta sufrimiento tanto para sí mismo, como para las personas que lidera. El ego de estos jefes es el único que necesita obtener poder, reconocimiento y lucro. Pero todas estas metas son falsas y están vacías; y al no ser sostenibles, nunca dejan satisfecho..»»Al estar tan identificados con su ego, estos jefes suelen estar demasiado centrados en que los demás se amolden a sus necesidades y poco a poco se convierten en víctimas de lo que no controlan. Además, el modelo empresarial actual está tan excesivamente orientado a los resultados económicos que se deben obtener a corto plazo, que no es posible gestionar a las personas como se merecen».
«Para liderar a otros, primero tienes que aprender a liderarte a ti mismo».
«Todo comienza por conocer y comprender tu realidad interior; de ahí la importancia del desarrollo personal y el autoconocimiento».
«El problema radica en que se tiene miedo de mirar hacia dentro».
«[Algunas personas] al conocerse a sí mismos y saber de qué manera están relacionados con el resto de los seres humanos empiezan a interactuar desde la empatía y no desde la soberbia. Sólo sobre la base de esta comprensión se puede llegar a liderar eficientemente, es decir, sirviendo a las personas que trabajan para ti. Estos líderes ven siempre el lado positivo de cada situación, aprenden de los errores para mejorar y no hacen ruido. Entienden que todos estamos en el mismo bando: lo que le haces al otro te lo haces a ti mismo».