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Estado de ánimo en la semana – Gaturro

Con este genial comic de Gaturro, Nik nos ilustra muy bien lo que en alguna publicación anterior llamamos fenómeno fin de semana. ¿No les parece?

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Ejecutivo al minuto (parte 2)

Como prometí en la entrada anterior, retomo mis comentarios sobre el libro «El ejecutivo al minuto», de Kenneth Blanchard y Spencer Johnson. Me quedaba pendiente compartirles un pequeño resumen de su mensaje que creo es muy interesante para intentar aplicar en los diversos ámbitos de nuestra vida.

Empecemos por definir el «ejecutivo al minuto» en palabras del propio ejecutivo de la historia: «Me llamo así porque necesito muy poco tiempo para obtener buenos resultados de mi personal». ¿Eso significa que es un líder que dedica poco tiempo a su gente? Sería muy errado sacar esta conclusión. Es un líder con excelentes habilidades de comunicación, que sabe motivar a su personal a la vez que corregirlos en lo que sea necesario.

El ejecutivo al minuto tiene una serie de principios en los cuales basa su actuar, que podemos resumir de la siguiente manera: Sigue leyendo

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Ejecutivo al minuto

Acabo de terminar de leer el libro de Kenneth Blanchard y Spencer Johnson titulado «El ejecutivo al minuto». Lo busqué en la biblioteca porque lo había sentido nombrar un par de veces y me intrigó el concepto. Creí que sería una obra de esas que intentan ser recetas mágicas para lograr ser un ejecutivo en poco tiempo, es decir, lograr escalar en la pirámide organizacional muy rápidamente (idea muy divulgada entre los jóvenes profesionales). Confieso que lo leí para poder desmentirlo, ya que esa idea no me parece realista ni deseable. Las cosas cuestan esfuerzo y muchas veces paciencia, y en general, los ascensos en empresas llegan luego de varios logros profesionales.

Pero enseguida reconocí haberme equivocado. El concepto del ejecutivo al minuto no se refiere al tiempo en que uno puede lograr ser director o gerente. Se refiere a aquellos ejecutivos que, justamente, son muy «ejecutivos». Aquellos que aprovechan bien el tiempo, e intervienen en sus equipos lo justo y necesario (esto en mis palabras, obviamente no lo define así el libro). El «ejecutivo al minuto» tiene una serie de principios para su dirección, los cuales les resumiré en mi próximo post. Hoy quiero compartirles más que nada mi percepción de la lectura del mismo. Sigue leyendo

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Sobre la gestión del tiempo

Acabo de «toparme» con este post sobre algunas claves para la gestión del tiempo. Me gustó mucho el enfoque y por eso lo comparto.

Quisiera resaltar especialmente el punto 3 – que recomienda dejar de tratar de ser un perfeccionista.Cuán cierto es que siempre es posible hacerlo mejor… pero muchas veces esa mejoría ya no vale la pena, o hace perder el sentido de oportunidad en cuanto al tiempo de aplicación o el tiempo invertido en ello.

También es muy interesante la importancia que le da el autor al cuidado del lugar de trabajo para lograr un máximo rendimiento y un espacio para la creatividad.

Por último, «es más importante elegir el destino correcto, que la velocidad con la que avanzamos», ya hemos hablado de esto en algún post anterior… y lo seguiremos haciendo, porque es de crucial importancia para liderar nuestra propia vida!

Los dejo con el post. Link.

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Mi familia, mi mejor empresa

En su libro titulado «Mi familia, mi mejor empresa», la experta en conciliación familiar, Mariángeles Nogueras aconseja llevar el hogar como si fuera una empresa. Una idea que suena un poco fría al principio, demasiado rígida y falta de sentimientos para lo que uno imagina de su hogar. A mí ha logrado convencerme.

«Cuando dos personas se unen para formar una familia lo primero que piensan es en los beneficios que esto lleva consigo, pero también los trabajos de sacar la familia adelante forman parte de la felicidad familiar. Esto tiene que estar claro desde el principio para los dos».

«La casa es una empresa en la que hay que realizar a diario, pero también semanalmente y mensualmente, muchas tareas. Tareas que deben coordinarse con efectividad. Muchas de ellas puedes delegarlas en otras personas, sólo una, la más importante, ser padre o madre, no la puedes delegar, esa debes hacerla tú y para ello necesitas tiempo y energía».

Tanto si lo combinamos con un trabajo profesional fuera de casa como si no, las tareas de la familia pueden llevarnos al borde de la locura: limpieza, orden, cocina, colegio, tarea de los niños, cuentas, etc… A menos que nos decidamos a reflexionar sobre la forma más eficiente de llevarlas a cabo. En los primeros capítulos, Mariángeles expone las ideas fundamentales, los argumentos lógicos que la llevan a proponer la familia como una empresa, con sus líderes (marido y mujer) y sus propias metas («la felicidad de todos los que la componen»). Allí entendemos que no se trata de una frivolidad. En la medida en que gestionemos nuestros quehaceres, deleguemos y trabajemos con disciplina, podremos darnos el lujo de establecer y cumplir las metas que nos establezcamos, pasar más tiempo juntos y vivir en una mayor armonía y felicidad. Puede sonar idílico, sin embargo tiene mucha lógica. Todos podemos… si  nos lo proponemos y nos disponemos a ello.

A mi entender, la familia como «mejor empresa» encierra dos grandes ideas:

– mi familia es mi más grande emprendimiento y

– mi familia es el aspecto de mi vida que mejor gestionado debo (quiero) tener. Sigue leyendo

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Mi familia, mi mejor empresa – entrevista

Continué investigando la idea que Mariángeles Nogueras presenta en su libro «Mi familia, mi mejor empresa» de gestionar el hogar con los mismos principios con que se gestiona una empresa. Es que realmente me resultó  muy interesante… tanto, que por esas casualidades de la vida, justo me han invitado a un curso basado en sus consejos y allí estoy asistiendo. Ya les compartiré las ideas más interesantes cuando terminemos el mismo.

Ahora quisiera compartirles una entrevista realizada hace un par de meses por el diario La Vanguardia a Mariángeles. Está centrada más bien en temas de conciliación vida familiar-profesional.

Los dejo con la entrevista, resaltando antes la última pregunta (y su respuesta):

¿Podría plantear una  situación familiar ideal? Una familia en la que hay comunicación entre los dos cónyuges; cada uno sabe lo que al otro le ocupa y a dónde quiere llegar, se buscan soluciones que tengan en cuenta el fin colectivo de la empresa familia, en la que se organiza, se delega y se saca tiempo para pasarlo muy bien juntos.

Ver entrevista completa.

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Fenómeno «fin de semana»

La semana está estructurada arbitrariamente en 7 días. Algunos almanaques la inician en domingo mientras que para otros el domingo es el último día de la semana. Pero para todas las culturas conocidas la semana consta de 7 días: 5 que llamamos «laborales» y 2 que llamamos «fin de semana». Éstos últimos dos para «descansar».

Escribo este post para reflexionar acerca de un hecho muy común últimamente. Según uno lee o escucha por ahí (periódicos, redes sociales, telediarios, charlas con amigos), parece que para la mayoría de la gente la semana se divide en días de castigo y de premio, a saber: los laborables son un castigo, y el fin de semana la liberación total. La mayoría de los que así vive suscribirían la frase: «la ‘vida’ es un constante esperar el fin de semana».

Haciendo una estimación muy rápida, un 70% de los días del año son de trabajo y un 30% de descanso (habría que dedicar otro post a lo que significa este concepto). Tomado desde el falaz punto de vista de que «la ‘verdadera’ vida se vive el fin de semana» el panorama se presenta desilusionante y frustrador, ¿o no?

He aquí la cuestión, entonces: ¿Cómo conciliar el trabajo y la familia, si priorizamos 5 días para lo primero y 2 para lo segundo? ¿Cómo sentirnos satisfechos con nuestra vida si estamos 5 días esperando por 2… uno de los cuales (el domingo) nos estresa de sólo saber que se acercan otros 5 de trabajo como un trágico ritornello del destino? ¿Cómo no caer en un círculo vicioso desmotivador si sentimos que el 70% de nuestro tiempo lo dedicamos a realizar «forzosamente» algo que nos disgusta y con suerte logramos dedicar un 30% a algo que nos resulta atractivo? La conclusión es casi lógica: con esta mentalidad, no hay ánimo que resista.

Ahora bien cuál será la solución… ¿dejar de trabajar? ¿aceptar sólo trabajos que sean de mi agrado? ¿no tener familia para no tener que dedicarme a ella? ¿una triste resignación?

Bueno, la solución tal vez no sea tan simple en lo cotidiano, pero sí tengo algunas sugerencias que apuntan a ayudarnos a cambiar un poco esta pobre manera de enfrentar las circunstancias y ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida. En teoría, lo que planteo no es complicado, sólo requiere tomarse en serio su práctica, para volverla un hábito. Y el intento te aseguro que vale la pena.

La propuesta es sencilla: cambiar la actitud, hacer un «switch» mental.

En principio, no importa el trabajo que tengamos pues seguro hay muchas cosas que disfrutamos de él, la mayoría de las veces sin darnos cuenta. Por ejemplo: no estar desempleado, arreglarme todas las mañanas para salir, el sabroso sabor del café del desayuno, el paseo mañanero hasta mi lugar de trabajo, la luz del sol que entra por la ventana, la charla amistosa con un colega, realizar aquel informe que siempre me dió gusto realizar, participar de una reunión con gente que siempre me agrada encontrarme, la libertad de escuchar algo de música mientras trabajo, llegar a casa y ver a mis hijos. Otra sugerencia: pensar en cosas nuevas que me alegrarían el día «laboral» (dentro y fuera del horario de trabajo) pero que habitualmente no hago (hay que hacer un ejercicio de creatividad en ésto!): hacer una escapada al campo entre semana, regalarme algún «gustito» que hace tiempo no me doy, volver a casa por otro camino… ya sabrás tú. Cada uno podrá hacer su propia lista, y escribirla si le ayuda más, y repetirla de vez en cuando en voz alta para creérnosla. Y, por qué no, escribirlo en Facebook o tuitearlo, a ver si generamos un fenómeno viral de valorar cada día como se lo merece. Lo positivo también es contagioso. Porque, al fin y al cabo seamos sinceros: lo mejor no sucede siempre los fines de semana.

Deja de lado aquello que hemos descrito más arriba y que podríamos llamar Fenómeno fin de semana. ¡No contemos los días que faltan para él! Dediquemos ese esfuerzo mental a resaltar lo bueno que nos trae cada jornada.

Por eso, ¡muy feliz día para todos! Sea cual sea el día en que estés leyendo ésto. Carpe diem, «aprovecha el día», el ahora que es lo único que tienes entre manos, no sabemos si el fin de semana llegará. Pero sí estamos muy seguro de que «hoy puede ser un gran día, sólo depende de tí».

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La famosa teoría de las 10.000 horas

En Manhattan, NY hay un viejo chiste que se le suele hacer a los turistas, según cuentan. Cuando uno le pregunta a un vecino de la Gran Manzana: «¿Cómo se hace para llegar al Carnegie Hall?» (“How do you get to Carnegie Hall?»), le suelen responder: «¡Practicando, practicando y practicando!». Bromas aparte, los neurobiólogos han comprobado científicamente que 10.000 horas de dedicación y práctica a una especialidad nos pueden volver maestros en ella. Especialmente en lo relacionado con una habilidad, por ejemplo tocar el violín. Pero vale para toda actividad humana.

Así lo explica el famoso músico y neurocientífico Daniel Levitin:

«se requieren diez mil horas de práctica para alcanzar el nivel de dominio de un experto de categoría mundial, en lo que sea. En  todos los estudios conocidos aparece que, compositores, jugadores de baloncesto, escritores de ficción, patinadores de hielo, pianistas de concierto, jugadores de ajedrez, criminales profesionales, y lo que hagas, este número aparece una y otra vez. Diez mil horas son el equivalente a aproximadamente tres horas por día o veinte horas por semana de práctica, en diez años.

Por supuesto, esto no responde por qué algunas personas  no llegan a ninguna parte con su práctica, y por qué algunas personas obtienen mucho más de sus sesiones de ejercitación que otras. Pero nadie ha encontrado aún un caso en el cual, se alcanzara una categoría de maestría  mundial en menos tiempo. Parece que le toma al cerebro todo este tiempo para asimilar lo que tiene que saber para conseguir un verdadero profesionalismo en algo».

De aquí dos conclusiones importantes:

1) Aprovechar y administrar correctamente el tiempo, teniendo en cuenta la propia formación.

2) Trabajar para llegar al éxito «cuesta vida». Los famosos slogans y libros que prometen hacerte profesional líder en una materia en «3 meses» son un vil engaño.

Para profundizar en este tema aquí en castellano y aquí en inglés.

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